martes, 2 de noviembre de 2010

Érase una vez, un pequeño Sexo con morriña...

Después de dos meses en clase de literatura he aprendido que toda buena historia, además de tener un título que capte la atención del posible lector, debe dar respuesta a las siguientes preguntas. Creo que la mía lo ha conseguido:

QUE :
Vuelo FR6333

COMO:
En primera clase, no podía ser de otra manera

QUIEN:
Cierta vikinga, un leprechaun peludo y una rubia tonta

CUANDO :
El Santísimo finde

DONDE :
En la ciudad Condal

POR QUE:
...

Porque te echamos de menos.



P.D: He de admitir que, por el momento, la historia tiene un final abierto, pero hasta una rubia tonta sabe como va a ser. Se admiten sugerencias.

lunes, 18 de octubre de 2010

Lo siento, pero con la bolsa no se juega.

Es así de simple.
Desde el año pasado llevamos una relación amor-odio. Conste que yo, con no poco esfuerzo y menos ganas intenté que fuera más amor que odio. Pero no pudo ser.
Mi conciencia esta tranquila. Por desgracia para ti, no puedo decir lo mismo de mis ánimos. Todo lo contrario, en estos 30 segundos que llevo tecleando he visto en mi mente 35 maneras diferentes de joderte las mañanas junto a 5 teclas voladoras.
He perdonado que maltrates a la Conejona, que me hagas dormir un mes con las mismas sábanas e incluso he aprendido a convivir con pelusas del tamaño de un caniche. Tambien me ha encantado ver que soy la chica del pasillo con más maquillaje en el tocador (literalmente, claro, de hecho hay manchas de mi primer jueves aqui).
Decidí empezar un nuevo curso con buen pie, y entre otras cosas me propuse ser tu amiga. Con decirte que hasta pensaba en ir de cuncas contigo.... Pero otra vez, el cruel sino nos ha separado. Me has traicionado. Cometiste una grave ofensa contra mi higiene personal, y eso lo siento Manola, no te lo permito.
Como chica fina y elegante que soy, acostumbro a llevar la ropa LIMPIA y a ser posible uso una braga diaria. Entiendo que en tu pueblo de mierda, les deis los cuatro usos que permite una braga: delante, atras, (le damos la vuelta) y de nuevo, delante y atras. Pero mira no. Por esas no paso.
Antes de explicarme, he de decirte que en mi pueblo, llamemosle "Alli-donde-usan-bragas-limpias", hay un sitio llamado Ali Hogar. Un buen día, pasando por allí, expresamente pensando en los lunes y jueves barrosianos, compré una preciosa bolsa para la colada, era blanca, enorme y con un hueco para mi numero de habitación.
Pensé "Oh! Manola no se podrá quejar". Pero sí pudiste. Y, ¿Que mejor demostración de tu odio hacia mi bolsa (llenita por cierto) que no recogerla el lunes? Y yo, confiando en ti dije: "Oh! se le habrá pasado!" Pero no. El jueves me la volviste a jugar. Y ¿que me dijste? "E que esa bolsa é moi resbaladiza e cáeseme do carro ó levala abaixo"
"Tócate los cojones" pensé. Antes de decirlo bien alto, respiré, inspiré y sugerí: " Y si la pones de primera, en el fondo del carrito?" Sonreíste con esa sonrisa cabrona de limpiadora y te fuiste. Entendí que tu instinto de tocahuevos no lo permitiría.
Pues bien querida, esto es la guerra. Me odias, te odio. Así de simple. He tenido que recurrir a mi antigua bolsa de red, gracias a la cual, todo el pasillo sabe el aspecto de mis más íntimas prendas. Para colmo de males he tenido que aguantar a una China y una Gitana, que se reían de mi y mi desgracias. Motivos no les faltaban:
Al trasladar el contenido de la superbolsa a la bolsa indiscreta, toda la ropa sucia de dos semanas rodó por el suelo y se topó con la pelusa-caniche.
Al intentar cerrar la bolsa indiscreta, la cremallera de esta estalló.
Al ir a buscar un cierre nuevo, cerrar la bolsa indiscreta y suspirar triunfante, me dice la Gitana que no metí el justificante de la ropa.
Al abrirla, rompi el nuevo cierre, lo que me llevó a defecar sacrílegamente en cuantos santos, angeles y arcangeles se me pusieron por delante.
Conclusión: he puesto una colada en mi mierda bolsa rota, y la China se ofreció, muy amablemente a poner el albornoz en su bolsa. Creo que era cachondeo. Ya me dió igual.

Lo siento, pero con la bolsa no se juega.

miércoles, 12 de mayo de 2010

"Something to sing about"

No quiero canciones, quiero algo sobre lo que cantar.

miércoles, 21 de abril de 2010

Un Día Cualquiera...

¿Alguna vez te has levantado con la sensación de que no iba a pasarte nada especial?, ¿esas ganas de aprovechar media hora más tu cama llena de muelles porque sabes que no te pierdes nada fuera? Pues eso mismo te pasaba hoy.
Finalmente, con pereza y tras varias llamadas en el movil, te levantaste, ¿recuerdas? no te apetecía, te hubieses quedado otra hora más si no fuera por tu organismo, que como cada mañana exigía movimiento, sí asi de triste fue, te levantaste simplemente porque era necesario, no por voluntad propia...
Piensa cómo pasaste las horas siguientes... ¿no lo recuerdas?.Piénsalo. Venga. ¿Ves? Casi es mejor que no lo hubieras recordado, la sesación mañanera persisitía y ni siquiera un café doble te la pudo sacar de encima...
Según pasaba la tarde, parecía que aquello a lo que ni siquiera estabas segura de poder llamarlo "día" tomaba forma...
"Ojalá me hubiese levantado hace media hora, así mi día entero sería perfecto", pensaste mientras oías a ese personajillo tan curioso susurrar a las Pringles del Carrefour.
No entendías muy bien que hacía, quizás simplemente se disculpaba con todos y cada uno de los otros botes por no ser los elegidos para disfrutar del maravilloso día que, decía ella, hacía. Quizás simplemente esté loca.
"Sea como sea", pensaste, "al menos el día parece encaminarse"
Y anda que se encaminaba... subiendo la cuesta, "pero sin subir demasiado", rogaste al personajillo que fuerais a un sitio con hierba. Ja. En días como este, pedías hierba... ilusa. Un poco a tu pesar te conformaste con esa piedra y te tumbaste.
"Guau" pensaste al ver el mundo en horizontal. El personajillo hablaba. El personajillo hablaba en argentino. "Dios esa enana adicta al GinTonic tuvo que haberle pasado justo hoy ese video" Te reíste. "Lo peor es que la jodida tiene gracia"
Miraste hacia arriba esperando ver un cielo encapotado y postlluvioso. "Vaya, que bonito es esto" dijiste sorprendida, "Deberíamos venir un día a hacer un picnic aquí, ¿sabes?" Mierda, es justo lo que el personajillo había dicho hace tan solo unos minutos, no estás hábil hoy, lo has dejado claro.
Como siempre hablais de mil cosas idiotas pero que te hacen pensar. Un poco después llega la tercera del " trío calavera". Te ríes, el día no es tan malo, ¿no?... Analizas la situación, piensas, haces un balance acompañado de la música del móvil mientras que haces un esfuerzo por escucharlas a ellas tambien, "no vuelvas a meter la pata"...
Sigues ahí, con tu botella de agua y el sabor a Calipo de lima en los labios... te recuerda a verano, a la playa, a tus padres, al piojo... "Ay... volvemos a las siete de la mañana..." Llegas a la conclusión de que el día, definitivamente no es bueno.
Amiga, no te adelantes. ¿Que pasó al final? Sí, dilo. Suena el móvil, lo coges y un pequeño presentimiento se hace realidad. Sales corriendo, esperas un cuarto de hora, pones esa cara de niña de 5 años, esperas, haces una broma estúpida y ahí están... falta el piojo, pero para este aborto de día que estabas teniendo no está mal, nada mal, de hecho...
Una caña, un kas de naranja, dos pinchos, un plato de calamares y una ensalada tibia de arroz y gambas despues vuelves con los dos elementos que abandonaste a su suerte en la Alameda unas horas antes.
Que se atreva alguien a preguntarte que que tal te fue el día... ¡Ja! "¿A mí?" dirás con ese tono de pasotismo tuyo "Bien supongo, ha sido un día cualquiera" Sabes que no. Niña de papá.
"Sí, de papá y de mamá también", me respondes.

miércoles, 27 de enero de 2010

El frío.

El ruido de la persiana contra la ventana a las 8 de la mañana. "otra vez no, por Dios". Es inevitable, una vez que oyes ese ruido infernal sabes lo que pasará. Sabes que te espera un día de viento, lluvia y frío. Te encoges en la cama, intentando en vano alargar unos minutos de sueño más. Te armas de valor y sales de cama. Inmediatamente lo notas, ahi está, entrando por tu cuerpo acostumbrado al calor de la cama. Le das unos minutos al cerebro y decides si darte una ducha de agua caliente o si vestirte directamente antes de enfriarte más. A cada minuto que pierdes decidiéndolo notas cómo te invade y te nubla. Lo odias con toda tu fuerza.
Finalmente, decides vestirte y convertirte en una cebolla andante, llena de capas de ropa.
Te lavas la cara y mientras te miras la pálida cara en el espejo, notas que el agua, fría, por supuesto, te corta la piel. "Hace más frío que ayer ¿verdad?...Sí, yo creo que sí, de hecho, cada día hace más frío aquí". Vuelves a mirarte la cara, blanca como la nieve, casi de aspecto enfermizo. Es un color al que ya te has acostumbrado, llevas ya 5 meses así. Recuerdas tu vida antes de llegar. Siempre fuiste de piel blanca, pero nunca tenías este color tan horrible, tan frío... "Sí, ya lo sé...Me pasa desde que estoy aquí.... Ya bueno, pero nunca antes me había puesto así. Además no soy la única, muchos de los demás han cambiado de color...no soy la única que nota el frío."
Con gran esfuerzo, abres la persiana, dispuesta a encontarte un cielo negro y nublado.
No puedes creer lo que ves. Los cálidos rayos del sol bañan ahora tu habitación y un hermoso cielo azul cubre la ciudad. Confusa, te preguntas qué ocurre. No hay nubes, apenas corre una brisa que trae un delicioso olor desde la calle. Es imposible que haga frío.
Entonces, si el frío no viene de fuera ¿que pasa?. Miras el termómetro. Hay 15ºC en el exterior, un perfeco dia primaveral. ¿De dónde viene el frío?
Sonríes al darte cuenta. No es frío lo que sientes. "Todos los días lo mismo...lo sé, ayer me pasó igual, siempre me cuesta entenderlo. No te rías, sabes que no me gusta sentirme así. Odio que me pase y odio darme cuenta de lo que es realmente. Preferiría que lloviese de verdad."
Un día más, te das cuenta de lo que es. Y lo que es peor, sabes que mañana esa sensación volverá cuando te despiertes sólo que mañana será diferente. Será aún más fuerte.
Es lo que es diccionario define como "sentimiento que aparece ante la ausencia de algo o alguien"
Yo lo llamo simplemente, morriña. Y es que el frío se nota más cuando estás lejos de casa.